Nàpols, segons Flaubert

Nápoles

Entramos por la puerta Capuana. llueve, las ciudadanas corretean por el pavimento; me da la impresión de que entro en París, como en el mes de noviembre de 1840, al volver de Córcega.
De la oficina de la diligencia vamos a correos, que está al lado; un ruffiano nos aborda y nos ofrece sus servivios. Nos alojamos en el Hotel de Ginebra. Un amplio comedor en el primer piso, copias de Valentin, el balcón da a la plaza.
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Sábado 22. Paseo por la Chiata. Visita a M. Grau, canciller de la Legación. Por la noche, señoritas; fuimos alegremente asaltados por un sinfín de chulos. Por la mañana, unas violeteras nos ponen flores en el ojal y, como para comprometernos, nos hacen gestos masturbatorios. Por la noche, paseo por Toledo, tomamos un helado en un café; un cura a nuestro lado.

De Grecia-Italia. Viaje a Oriente, de Gustave Flaubert. Cabaret Voltaire. p. 135